martes, 1 de septiembre de 2009

Georgette, esposa y musa de César Vallejo

Le Monde diplomatique No. 26, Julio 2009
Una rebelde con causa
por Sofía Ballón Hamann*
Sobre la vida de Georgette, esposa y musa de César Vallejo

César Vallejo es reconocido globalmente como uno de los poetas más importantes, innovadores y revolucionarios del siglo XX. Su obra es estudiada en aulas peruanas y del mundo, donde jóvenes analizan el significado de ésta y las experiencias del escritor que formaron su ideología marxista. Sin embargo, no mucho se estudia sobre aquel personaje que acompañó a Vallejo en sus últimos años; quien le brindó amor, compañía, admiración e inspiración; y quién finalmente fue la principal responsable de difundir su obra, velar por sus manuscritos, y cumplirle su último deseo. Su esposa, Georgette.

¿Qué sería de un poeta sin amor y sufrimiento? ¿Qué sería de una musa sin dolor y sufrimiento?César Vallejo conoció a Georgette Philippart Travers siendo vecinos en la Rue Moliére en París a finales de los años veinte. El poeta en aquel entonces vivía con su pareja, Henriette Maisse, pero demostró un claro interés en Georgette. Primero cruzando miradas desde sus ventanas, a lados opuestos de la calle; luego hablándole e invitándola a tomar desayuno; y finalmente al terminar la relación con Maisse y al morir la madre de Georgette en noviembre de 1928, Vallejo le propone vivir juntos.

Georgette tenía claro que no iba a negar aquella propuesta, ya que estaba en su destino haber conocido a Vallejo. Pocos años atrás, en 1925, ella visita a una vidente que al leerle las cartas le explica: “Viene de lejos. Ya ha cruzado los mares. Un hombre feo… pero un ser luminoso. Será usted siempre la primera en su mente.”1 A raíz de la lectura, Georgette se dedica a buscar e imaginar donde se encontraría este príncipe azul. Ella se pasea por su vecindario y luego la ciudad observando y analizando en silencio a los transeúntes masculinos. Cuando menos lo esperaba y en el lugar menos previsto, aunque el más cercano a ella, es descubierta por Vallejo, su vecino de enfrente y justamente un ser luminoso que había cruzado los mares desde el Perú para llegar allí.

Al inicio de la relación, Georgette es joven y caracterizada por su origen burgués. Justamente Vallejo habría tenido que esperar a la muerte de su madre para que no impidiera que la enamorara, ya que ésta lo consideraba pobre y bohemio par a su hija . Sin embargo, al pasar el tiempo en la relación, Georgette demuestra estar abierta a cambiar de ideología, y esto la une aún más al escritor.

En 1929 viajan juntos a la Unión Soviética y Georgette empieza a comprender las ideas Marxistas y revolucionarias de su pareja. Ella afirma:“Toda la obra de Vallejo es penetrada, amasada de política, de masas. Se ve claramente en su teatro. Su poesía forzosamente ha resultado también así: no sólo formalmente es revolucionaria, siempre se le encuentra una base política”.2“No había otra cosa que conmoviera mas a Vallejo, que le doliera más que la injusticia en el mundo. El estaba desde su nacimiento y, prenatalmente, destinado a sufrir el sufrimiento de los demás”3Y así, Georgette también sufrió con él cuando fueron desterrados a España, abandonando voluntariamente su país para vivir en gran pobreza durante un año. Ella no optó por abandonar al revolucionario, sino por unirse a la revolución. Ellos sufrían por los sufridos, por los desdichados, juntos.Incluso en sus últimos días Georgette demuestra ser fiel a la causa de ayudar a los demás. Al no tener hijos ella deja su herencia al Hospital del Niño en Lima.

Se entiende porque habría alguna vez afirmado que “ Al principio yo era completamente anticomunista. Pero yo comprendía rápidamente. Todo el que sufre de ver sufrir está dispuesto a comprender. La gente insensible al sufrimiento ajeno, no puede llegar a ser revolucionario nunca.”4En sus últimos diez años de vida, en los cuales estuvo acompañado por Georgette, Vallejo demuestra la evolución de su revolución política e ideológica a través de varios escritos incluyendo poemas, artículos, reportajes, ensayos, una novela, obras de teatro, un cuento para niños y una leyenda. En ellos él analiza los problemas socio-económicos y políticos que quiere dar a conocer.5

Sin embargo, la mayoría de estos no se dan a conocer hasta después de su muerte.Georgette y César estuvieron juntos sólo nueve años, demostrándose amor y lealtad incondicional. Convivieron desde 1928, pero se casaron recién en 1934, cuatro años antes de la muerte del escritor, pero de igual modo ella afirma que “[quedó] casada con el, nunca [le] interesó otro hombre”6 y es claro que le tuvo un “amor constante más allá de la muerte,” como una sentencia Quevediana7. Esto es demostrado también en el hecho que por gran parte de su duelo, Georgette durmió con el molde en yeso de las manos y la máscara mortuoria de Vallejo.Así como el encontrarse fue presagiado por aquella vidente, cabe notar un par de datos interesantes sobre la muerte de esta pareja.

César Vallejo muere en 1938 de 46 años, dejando a Georgette viuda a los 30. Ella murió en 1984, viviendo 46 años en duelo. También es irónico que el escritor peruano murió en Paris, mientras su esposa francesa vivió sus últimos 27 años y murió en el Perú.

“He nevado tanto para que duermas”
En su primer año de luto, Georgette lleva a cabo la labor de publicar póstumamente poemas de Vallejo. Así, con la publicación de Poemas humanos comienza la recuperación y difusión de la vida y obra del escritor. Ella resaltaba que a Vallejo no se le debía considerar sólo poeta, ya que realmente era un ideólogo, y que escribió todo tipo de obras para expresar esta ideología.

Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, también tuvo que proteger los manuscritos originales de su marido. Pidió ayuda a la Legación Peruana para esconder éstos y también proteger la tumba de Vallejo, mas no le brindaron la asistencia debida y muchos manuscritos fueron maltratados en el modo que fueron guardados. Al recurrir a los familiares peruanos del escritor, varios de estos dudaron de la legitimidad de su unión.

Estos son solo los inicios del antagonismo que enfrenta Georgette a lo largo de su vida.Al ser publicadas las obras de Vallejo, surge su popularidad y los seguidores de su obra se dividen en dos campos: Vallejólogos y Georgettianos. Siendo muchos de los primeros fervientes opositores de Georgette. Ellos critican el modo en que ella manejo la publicación de la obra del vate. Ella critica que la atención que recibía su esposo póstumamente era de muchos que lo ignoraron en vida.A la par, también han habido Georgettianos, académicos que admiran a Georgette Vallejo por su trabajo rescatando y difundiendo la obra de Vallejo. Comparada a las mujeres de otros maestros, es una de las pocas tan leal y dedicada.

Max Silva Tuesta, por ejemplo, exclama que sin Georgette no habría Vallejo.Georgette finalmente se muda al Perú en 1951. Viaja a Santiago de Chuco en La Libertad, pueblo natal del autor, y finalmente se establece para vivir en el distrito de Miraflores en Lima. Desde aquí continúa difundiendo la obra de Vallejo y logra cumplirle un último deseo – transferir sus restos en París al Cementerio de Montparnasse, donde él siempre quiso ser enterrado. La lápida lleva un epitafio muy significativo: “He nevado tanto para que duermas,” ya que realmente la viuda de Vallejo no tuvo tarea fácil al cumplir su cometido en esos 46 años de duelo.
1 Pachas Almeyda, Miguel. Georgette Vallejo al fin de la batalla. Juan Gutenberg Editores. Lima, 2008
2 Idem.3 Idem.4 Idem5 Idem6 Idem7 Idem.
* POLITÓLOGA, UNIVERSIDAD DE NOTRE DAMEASISTENTA DE DIRECCIÓN DE EL DIPLO, EDICIÓN PERUANA DE LE MONDE DIPLOMATIQUE

2 comentarios:

  1. Como ya he dicho anteriormente,qué grande es Georgette,para ser fiel al poeta santiaguino aun después de su muerte.Y para,abnegadamente,bregar sin desmayo por el rescate y difusion de la obra del gran vate universal de todos los tiempos.Cuántas Georgettes habrán en esta tierra?
    Gracias a tu incesante y arduo trabajo Vallejo es la máxima expresion literaria del Perú en el universo.

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  2. Tenía una vaga idea sobre Georgette pero ahora me doy cuenta de la trascendencia y rol preponderante que jugó esta mujer en la vida de Vallejo. Y como dice su epitafio "He nevado tanto para que duermas", tuvo que luchar tanto para que nuestro Vallejo logre el reconocimiento que se merece. Su amor y entrega perduró más allá de la muerte. Digna de admirarla.

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