martes, 3 de noviembre de 2009

Indecopi : Bryce Sí Plagió

Indecopi confirmó que Alfredo Bryce plagió 16 artículos
Peru 21, 03 de noviembre de 2009 



En segunda instancia resolvió que el escritor peruano copió los textos periodísticos de otros autores y los hizo pasar como suyos.


Tantas veces, Alfredo. El escritor anunció, desde España, que recurrirá al Poder Judicial.

El escritor peruano Alfredo Bryce Echenique plagió 16 artículos periodísticos, los cuales fueron publicados en diversos medios de comunicación del mundo, siete de ellos en el diario El Comercio de Lima. Así lo resolvió en segunda instancia el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), luego de que en enero lo sancionara y multara por atentar contra los derechos de autor.

La resolución de la Sala de Propiedad Intelectual del Indecopi confirma que el autor de Un mundo para Julius infringió “el derecho moral de paternidad en la modalidad de plagio y el derecho moral de integridad”, es decir, publicó estos textos prácticamente de manera íntegra y los firmó con su nombre sin mencionar o citar al autor o autores de los mismos.

También se le aplicó una multa de S/.71 mil, mientras que la defensa del escritor apeló el fallo, porque considera que existen omisiones y que además existía pendiente una demanda de amparo. “Ha llegado el momento para mí de recurrir al Poder Judicial, un organismo tanto más fiable para cualquier ciudadano peruano”, dijo Bryce tras conocer la sentencia, en un comunicado emitido desde España, país donde reside.

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Perú 21, 10 enero 2009
Alfredo Bryce puede ser sancionado penalmente


Indecopi ha notificado a la Fiscalía la supuesta comisión del delito de plagio. Este delito, tipificado en el Código Penal, impone pena de hasta ocho años de cárcel. Autor: Gonzalo Pajares Cruzado

CompartirEnviar.La multa de 177 mil 500 soles que Indecopi le impuso a Alfredo Bryce por haber plagiado 16 textos podría ser el inicio de una serie de sanciones que llegarían hasta el ámbito penal. En efecto, en la resolución 0142-2008/CDA/INDECOPI, emitida por la Comisión de Derecho de Autor de Indecopi (24/12/2008), se establece que se notificará al Ministerio Público sobre la supuesta comisión del delito de plagio por parte del novelista peruano.

Este delito está tipificado en el artículo 219 del Código Penal, que sanciona hasta con ocho años de cárcel al “que, con respecto a una obra, la difunda como propia, en todo o en parte, copiándola o reproduciéndola”. Al respecto, conversamos con el abogado Luis Lamas Puccio: “Bryce sí puede ser procesado penalmente. Así lo establece la resolución de Indecopi, pues para este organismo hay indicios de que el escritor habría cometido el delito de plagio, pero quien debe determinarlo es el Ministerio Público y, si halla mérito, elevar una denuncia al Poder Judicial”.

El autor de Un mundo para Julius “recibiría una orden de comparecencia y hasta podría ser impedido de salir del país”. Respecto a la residencia y nacionalidad españolas que tiene Bryce, el penalista sostiene que, si se demuestra que el delito fue cometido en el Perú, se podría iniciar una contienda para saber qué tribunal –peruano o español– debe juzgarlo. De los 16 plagios, siete fueron publicados en nuestro país en el diario El Comercio.

LOS ARGUMENTOS DE BRYCE. Enrique Ghersi, abogado del escritor, señala que Indecopi “ha violado los derechos constitucionales” del novelista. Según él, hay dos errores formales insalvables: 1) Bryce no ha sido notificado adecuadamente: vive en Barcelona y lo notificaron en Lima, y 2) Indecopi no tiene jurisdicción para procesarlo.

Ghersi afirma que “Bryce reside en España. Por el principio de territorialidad, lo actuado por Indecopi es nulo”. Siguiendo tal lógica, si mañana un ciudadano español publicara en el Perú un libro llamado Un mundo para Julius, idéntico al de Alfredo Bryce, Indecopi no podría sancionarlo.

Martín Moscoso, presidente de la Comisión de Derechos de Autor de Indecopi, indica que lo dicho por Ghersi se aplica a procesos civiles y no administrativos. “Tampoco es cierto que no haya sido debidamente notificado. El señor Bryce presentó, en 2007, un poder señalando como su apoderado al señor Ghersi”.

Por entonces, Indecopi investigaba, de oficio, seis plagios. Luego, el 3 de marzo del 2008, Herbert Morote –primer denunciante de Bryce– presentó 20 nuevas copias, por lo que Indecopi, el 4 de julio de 2008, reunió todas las denuncias en una sola. Según Ghersi, esto no fue debidamente notificado. Según Moscoso, el poder que Bryce dio a Ghersi lo facultaba a defenderlo en ese caso y “en los que sobre acusaciones similares le abriera Indecopi”.

Bryce asegura que no es autor de los artículos plagiados y que estos “han sido publicados sin mi autorización”. ¿Ghersi le cree? “Es su versión. Nosotros solo la transmitimos”, dice el abogado. Con esta defensa, solo de forma, la opinión pública podría pensar que, en el tema de fondo –si plagió o no–, Bryce es culpable. Ghersi sostiene: “Los derechos fundamentales de Bryce están por encima de las cuestiones de fondo. A la opinión pública solo le gusta el último round, y ese lo ganaremos”.

NUEVO PLAGIO. Mientras tanto, una nueva denuncia de plagio pesa sobre el novelista (ya suman 33). María Soledad de la Cerda, la periodista chilena que descubrió la mayoría de calcos, ha encontrado otro. El artículo Arde París, firmado por Bryce (Caretas, 28 de diciembre de 2007), es una copia del texto Francia: Del fuego de los suburbios a la crisis de identidad, del periodista Fernando Carvallo (Quehacer, 1 de noviembre de 2005). A pesar de las denuncias en su contra, Bryce siguió plagiando y traicionando la confianza de sus lectores.
 
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Perú 21, 10 enero de 2009
El plagio


El artículo Francia: del fuego de los suburbios a la crisis de identidad, de Fernando Carvallo, en la revista Quehacer (1/11/05), empieza así:

“Todo comenzó como un banal incidente de barrio. Un equipo de policías quiso proceder a un rutinario control de la identidad de tres adolescentes que se desplazaban en la ciudad de Clichy-sous-Bois a veinte kilómetros de París. En vez de someterse a las humillaciones del tuteo y la presunción de culpabilidad en razón de sus fisonomías de hijos de inmigrantes árabes, los jóvenes prefirieron huir”.

El texto Arde París, firmado por Alfredo Bryce en la revista Caretas (28/12/07), empieza así:

“Todo comenzó como un banal incidente de barrio. Un equipo de policías quiso proceder a un rutinario control de la identidad de tres adolescentes de Clichy-sous-Bois, a 20 km de París. En vez de someterse a las humillaciones de un amenazador tuteo policial y a la presunción de culpabilidad en razón de sus fisonomías...”.

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