miércoles, 14 de octubre de 2009

Mercedes Cabello y Clorinda Matto de Turner

Centenario de Dos Pioneras:

Mercedes Cabello y Clorinda Matto de Turner
Publicado en El Comercio, 11 de octubre de 2009

 
Se cumplen cien años de la muerte de Clorinda Matto de Turner y Mercedes Cabello.
María Emma Mannarelli, escritora e historiadora, revisa sus vidas en el siglo XIX, en el que ambas revelaron su caracter contestatario y pionero.

¿Cuáles eran las características sociales del Perú del siglo XIX en el que aparecen Mercedes Cabello de Carbonera (Moquegua, 1845-Lima, 1909) y Clorinda Matto de Turner (Cusco, 1852-Buenos Aires, 1909)?

Hay dos momentos. Uno, preguerra con Chile, con las veladas literarias y la presencia de Juana Manuela Gorriti, y luego la postguerra. La “prosperidad falaz”, como la llamaba Jorge Basadre por la bonanza del guano, propicia algunos espacios, entre públicos y privados, para las mujeres, como los salones. Aquí las dos se conocen en esas veladas literarias. Es un momento de optimismo. Por ello, estas mujeres contribuyen sustancialmente a lo que es la cultura pública de nuestro país. Cuando Clorinda Matto crea el diario “La Bolsa” en Arequipa es la primera mujer que dirige uno en Sudamérica.

¿Cómo se desenvuelve su protagonismo en medio de esto?

Ambas son importantes. Contribuyeron a abrir un espacio de discusión y debate a través de la escritura. En el siglo XIX hubo una actividad periodística muy fuerte a lo largo del Perú, que según Basadre fue la prensa más soez del continente, sobre todo en la época del caudillismo. Estas mujeres, a través de sus ensayos o sus artículos periodísticos, y a través de la literatura, abrieron una ruta para la expresión, cosa que era muy amenazante en los términos que ellas lo hicieron. Fueron muy críticas con los poderes conservadores tradicionales. Cada una enfrentó a los poderes serviles y tutelares: la servidumbre y el caudillismo militar.

¿Estas dos peruanas tuvieron a alguien que les abrió trocha en el uso de la palabra escrita o fueron pioneras?

Las dos cosas. Juana Manuela Gorriti, al crear las veladas literarias en Lima, origina esa posibilidad. Gorriti era argentina, contestataria, cruzó los Andes, y se casó con Manuel Isidoro Belzú, que llegó a ser presidente de Bolivia. Lo abandonó y se trajo a sus hijas al Perú. Era una mujer fascinada con la escritura, con la enseñanza escolar de las mujeres. Ella les abre un espacio, que también frecuentaba Ricardo Palma. En la preguerra con Chile, este espacio no es tan público, limitándose a las veladas literarias y a los salones. Las mujeres tenían ese espacio, el escolar llegaría recién en el siglo XX. En este momento, la educación de las mujeres está en manos de los colegios confesionales, pertenecientes a las congregaciones.

¿Qué ocurre luego?

Después de la Guerra con Chile hay una fuerte inclinación de las mujeres a crear institutos y escuelas secundarias laicas. Se crean una tras otra. Estas dos mujeres se vinculan a esto, junto a otras, como Teresa González de Fanning. Pero Cabello y Matto fueron autodidactas, crecieron formándose en el ámbito familiar, aunque Clorinda hace estudios primarios en el colegio de Nuestra Señora de las Mercedes, en el Cusco, interrumpidos por la muerte de su madre.

¿Cuál es el papel político que les asignarías a ambas?

Ellas se insertan dentro del movimiento creado por Juana Manuela Gorriti, pero profundizan esa ruta fundando espacios públicos para las mujeres, y se vinculan a la creación de escuelas laicas. Lo que hicieron fue señalar los pilares sobre los cuales se erigía la sociedad: cortesana, tutelar; denunciaron el pacto patriarcal, como lo hace Clorinda Matto, entre gamonales, curas e instituciones públicas, como los alcaldes.

“Aves sin nido”, de Matto, se publica en 1889 y no se vuelve a publicar en el Perú hasta 1974. Sus otros dos libros: “Índole” (1891) y “Herencia“ (1893), no se publican más por una profunda censura. Ambas mujeres terminan sus vidas de una manera que habla mucho de lo que estaba ocurriéndoles: Matto en el exilio y Cabello en el manicomio. Ya que denunciaron las claves del ejercicio del poder, que recién son reivindicadas en los años setenta.

Incluso durante el auge del indigenismo, las mujeres “no existen”. José Carlos Mariátegui ni las nombra. Estas voces femeninas incomodan en el espacio público al exigir a los hombres un comportamiento distinto, una revisión de la misoginia y de la forma cómo se relacionan con las mujeres. Denuncian los patrones clientelistas, a los caudillos como Nicolás de Piérola, al ejercicio tradicional de la sexualidad patriarcal y al asedio sexual del clero. Su palabra se convertía en una exigencia para el estilo de la presencia pública de los hombres. La censura de sus obras fue un mecanismo para no renunciar a esas formas de comportamiento político.

¿Qué tipo de relaciones eran las que estas mujeres ponían en peligro?

Los matrimonios por conveniencia, por ejemplo. En “Blanca Sol” (1889), Mercedes Cabello específicamente critica esto, rompe las claves del ejercicio del poder en el Perú, donde era particularmente importante ver quién se casaba con quién. Esta crítica implicaba la aparición de la opción individual amorosa, donde una se casa con otro porque simplemente se ha enamorado, es decir, era entregarles la autonomía a las mujeres, lo que en la época ponía en peligro el mundo aristocrático.

Pero, a pesar de eso, estas mujeres incursionan en política activa: Mercedes Cabello impugnando a Nicolás de Piérola y Clorinda Matto apoyando a Cáceres. ¿Era frecuente eso?

Ellas tuvieron un carácter pionero. Por eso a Clorinda Matto de Turner le desmantelan su imprenta, que además se llamaba La Equitativa, en medio de la entrada de los montoneros de Piérola a Lima. En el año 1924, igual, la imprenta de María Jesús Alvarado fue destrozada por Leguía. Esto pone de manifiesto el peligro que significaba la palabra escrita en manos de las mujeres.

Un proyecto vigente



 Por: Miguel Vargas*

La precariedad de las condiciones de vida de los pobladores de la sierra, la discriminación y violencia contra la mujer, la deficiente educación, son problemas que siguen vigentes. Esto conlleva a prácticas discriminatorias que impiden la integración y la ampliación de la base ciudadana. El celibato clerical, el progreso económico, la atracción de inversión extranjera, la creación de infraestructura, la explotación de recursos naturales, el fomento de la industria y el trabajo, la comunicación entre sectores política e ideológicamente enfrentados, son aspectos del debate contemporáneo. La libertad de expresión ha sido durante el siglo XX una problemática de primer orden. El diálogo regional y la unión de las naciones para el desarrollo integral son especialmente problemáticos en la actualidad.

Discurso mattiano
Enfocaré dos aspectos centrales del discurso mattiano: la educación y el indio. La necesidad de incluir al indígena a la vida nacional en una dimensión más amplia sigue siendo hoy un tema por resolverse. Para Clorinda Matto de Turner, tal inclusión era condición fundamental para el progreso. Las condiciones de los ciudadanos de los pueblos andinos han sido, en las últimas décadas, el caldo de cultivo para la propagación de la violencia armada. En “Aves sin nido“ (1889), Matto sostiene: “Amo con amor de ternura á la raza indígena, por lo mismo que he observado de cerca sus costumbres y la abyección á que someten á esa raza aquellos mandones de villorrios recordando que en el país existen hermanos que sufren, explotados en la noche de la ignorancia”.

Mensaje a las generaciones venideras
En “El Perú Ilustrado“ (1890), ella publica la carta que dirige al presidente de la Unión Católica del Cusco. Ahí se refiere a “Aves sin nido”, reafirmando su valentía y compromiso por denunciar las injusticias sociales.

Siguiendo el ejemplo de Bartolomé de las Casas concluye: “Y si por haber denunciado ante las autoridades eclesiásticas y civiles y ante la sociedad abusos que no tienen razón de ser en el Perú libre, se me persigue y calumnia y se me quema mi busto “Aves sin nido’ dirá ante las generaciones venideras: ¡salvad, redimidme la raza indígena del poder del mal cura, del cacique y del alcalde!”.

También en “El Perú Ilustrado“ publica (1891) la ficción histórica titulada “La quena”: “¿no habéis sentido estremecerse el alma con las notas que da la quena como quejidos del cautivo desgraciado? Tocada por el peruano del imperio con el presentimiento de la esclavitud, es la misma que hoy llora en los pajonales y en la aridez de la puna, el eterno cautiverio del hijo de opulenta patria”. Estas citas dan cuenta de su interés por la situación del indio en la colonia y a fines del siglo XIX.

Ilustración de las mujeres
La importancia de la educación para Matto está dirigida al indio, a la mujer —tema constante en la obra mattiana—, al cura, a los jóvenes y a las autoridades. La educación es el vehículo necesario para la creación de ciudadanos, de la identidad nacional y, por tanto, de la cohesión e integración de la sociedad fragmentada. Según la autora, el progreso solo es viable a través de la formación de ciudadanos y ciudadanas conscientes de sus derechos y libertades. Dirigiéndose al presidente Cáceres se referirá a: “la urgencia de multiplicar la escuela y el taller, para que de allí salgan los verdaderos ciudadanos del Perú”. Matto habla de la misión cuasi sagrada del maestro.

Dentro de la tendencia positivista de “El Perú Ilustrado”, publicó textos que divulgan conocimientos propios de la mujer y enseña que la función de madre no está divorciada de temas relacionados al orden mayor de la sociedad. Su formación autodidacta, su temprano ingreso al periodismo, su interés por ampliar los horizontes de su pensamiento, dan cuenta de un convencimiento: la educación del otro involucra la permanente educación de uno mismo.

[*] Investigador.





¿Por qué la tardía reivindicación de la obra de Mercedes Cabello?

Después de muchos años de estar totalmente sepultada, aún en la historia de la literatura, reaparece con fuerza inusitada en 1991, cuando el Banco Continental hizo un coloquio en el Mes de las Letras, donde participó Luis Alberto Sánchez, Martha Hildebrandt y Patricio Ricketts. Entonces creció el interés por su obra, ninguneada por Riva Agüero.

¿Qué dijo Riva Agüero?

Prácticamente que era una mediocre. Pero en el fondo había otra cosa: en su novela “Blanca Sol”, hay un personaje a quien mucha gente en Lima identificó con una gran dama limeña emparentada con Riva Agüero. Ventura García Calderón le pide a Riva Agüero que le enviara la novela a Francia. A vuelta de correo, Ventura le dice que no iba a publicar nada “por los motivos que ya tú sabes”. Esos motivos eran la identificación del personaje con la nieta de un presidente.

¿Y la novela tenía correlato con la realidad?

Era una ficción pero la gente fijó como modelo a esta señora. Lo mismo pasó con su novela “El conspirador”, se dijo que el personaje era Piérola, pero aquel tenía de todos los políticos de entonces.

¿Cuáles son los méritos de “Blanca Sol”?


 
Sí, e incluso le premia su primera novela, “Sacrificio y recompensa”. En “El Ateneo” estaban González Prada, Ricardo Palma, Larrabure y Unanue, y monseñor Roca y Boloña, entre otros. De aquí también parte la animadversión de Juan de Arona a Mercedes. Ambos se presentan a concurso: De Arona en poesía y Cabello en novela. De Arona queda en segundo lugar y como era un odiador profesional ataca a Mercedes, pero ella era también muy confrontacional. Lo que pensaba lo decía y lo publicaba.

¿De qué pensamiento bebe Mercedes Cabello?

Le viene de familia. Su tío, Pedro Mariano Cabello, cosmógrafo de la República, y su padre, estudiaron en París. Regresaron al Perú con una buena biblioteca, de los mejores años del positivismo en Francia. Mercedes aprende francés en su casa, en Moquegua. Allí lee y se forma. Es autodidacta. Además su padre era masón y ella, ya en Lima, estuvo muy ligada a la masonería. Su hermano Gerardo era miembro de la Logia de Honor y Progreso Número 5 y ella aparece en esa logia dando conferencias. Los masones le abren la puerta de su diario “El Libre Pensamiento”, dirigido por Christian Dam, contestatario y anticlerical. Mercedes atrae también la animadversión del clero, no siendo atea.

¿Fue hostigada por esto?

Juan de Arona que la odiaba. Además ella publica el artículo “La poesía”, donde va contra los poetas llorones, que eran los románticos como De Arona.

¿Estas vejaciones la condujeron a la locura, estado en el cual acabó?



 

Las Dos pioneras


Sobre eso hay dos tesis. Una que señala que fue histeria producida por un estrés muy fuerte; y la otra, que circulaba oralmente en su tiempo, fue que como a su marido le gustaban las damas de alquiler le contagió la sífilis, que produce la locura. [E.S.H.]
Cuestiona la educación femenina de la época. Una mujer se preparaba entonces para ser “reina del hogar”, tocar piano o ser costurera; quizá profesora, pero no más. La protagonista de la novela es una mujer educada y de fortuna, que hace poner a su marido de ministro, pero se da a entender que se dedicaba también a otros menesteres. Por eso provocó habladurías.

Cabello en un artículo, “Una industria para la mujer”, propone que esta podía estudiar medicina, fotografía, imprenta, entre otras cosas.

¿Cómo llega a escribir en la prensa?

Publica en dos revistas dirigidas por mujeres: “El Álbum” y “La Bella Limeña”, y también en “El Perú Ilustrado”, un diario manejado por Clorinda Matto. Pero sobre todo, publica en el extranjero. También fue colaboradora de periódicos de España, Ecuador, Argentina, Colombia. En ese momento había una corresponsalía entre todos los escritores de la época.

También se vincula a “El Ateneo” de Lima

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