martes, 12 de enero de 2010

Cartas entre Neruda y Jorge Edwards



La República
13 de septiembre de 2008

Correspondencia cubre diez largos años de amistad y complicidad. El poeta había prometido romper las cartas, pero no fue así. Ahora se sabe todo.

Pedro Escribano.

* El poeta había prometido romper las cartas, pero no fue así. Ahora se sabe todo.

Desde el solícito encargo de buscar viejos tambores británicos en casas de anticuarios en París, enviar por barco el Citroen del poeta –aun sabiendo que en Santiago de Chile no hallarían repuesto alguno–, compra de mascarones, pago de boletas médicas, hasta la confidencia de angustias existenciales, asuntos literarios e irritantes cuestiones políticas, en eso constituyó la sincera amistad personal y literaria entre Pablo Neruda y el también chileno escritor Jorge Edwards.

Todo ello se revela a través de las 46 cartas entre ambos autores que recientemente se han publicado en Chile con el título Correspondencia entre Pablo Neruda y Jorge Edwards (Ed. Alfaguara). La edición de las cartas –cubren diez años de correspondencia– está a cargo de Abraham Quezada Vergara, quien además ha puesto como subtítulo al libro una cita tomada de una de las misivas de Neruda: Cartas que romperemos de inmediato y recordaremos siempre. Como se aprecia, no fue así.

El libro está prologado por Edwards, como "parte interesada", y lleva un estudio del editor.

Neruda y Edwards se conocieron en 1952, pero las cartas datan de diez años después, cuando Edwards ya era diplomático (al que Neruda, como amigo, inicialmente se había opuesto). Pero después, ayudó y favoreció. El poeta pidió que Edwards sea "su segundo" en la embajada de Chile en París. Asimismo, intercedió en Santiago la candidatura del escritor para el premio Atenea.

Las cartas no solo revelan la relación amical, las tensiones políticas, sino también exponen sus respectivos estilos literarios. Neruda, en carta de 1965, por ejemplo, glosa propiamente un verso: "Si hay escaleras, máximo un piso; si hay ascensor, lo más cerca del cielo".

Edwards también tiene lo suyo. En misiva de 1962 escribe: "Alojado está en mi casa el poeta (Jorge) Teillier, agobiado por la nostalgia. Lo dejé esta mañana en mi casa, solo, con algunas indicaciones para que saliera a conocer la ciudad (...) a mi regreso (...) lo encontré vagando como un fantasma en la casa solitaria, que tiene un espacio bastante mínimo".

También muestran la ira de Neruda ante la carta abierta de los escritores cubanos quienes lo acusaron de haberse derechizado por dictar conferencias en EEUU. "Los escritores cubanos se portaron como cabrones. A la voz del amo agregaron envidia y vileza". Carta de 1966.

También se indignó cuando la derecha chilena boicoteaba el gobierno de Allende: "Aquí los momios están resentidos como caballos de circo, asustados del tigre popular. Sin embargo, hay conciencia y se va ganado firme". En carta del 6 de abril de 1973, el poeta le pide al escritor lo siguiente: "Dile a Mario (Vargas Llosa) y a Gabriel (García Márquez) que quiero invitarlos para mi cumpleaños en 1974, una celebración solo de amigos, excluyendo estrictamente a los lateros".

El encargo se cumplió. La invitación estaba aceptada. Pero la cita no fue posible. El poeta murió el 23 de setiembre de 1973.

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