Tomada de la edición impresa del 22 de agosto del 2009
El Telégrafo de Ecuador
Una de las peleas más famosas de la literatura del boom fue documentada en un libro.
La historia se remonta al 12 de febrero de 1976, cuando tuvo lugar una proyección privada de la película “Odisea en los Andes”, en un teatro de México. Los novelistas Mario Vargas Llosa, peruano, y Gabriel García Márquez, colombiano, no se veían desde hacía una larga temporada. El primero, que tuvo una formación como cadete, le propinó sin ton ni son un puñetazo en pleno rostro a García Márquez cuando este se disponía a abrazar a Mario.
El colombiano, sin tiempo a reaccionar, cayó al piso con un ojo morado, no tuvo tiempo de reaccionar y cayó de bruces. Todavía sorprendido por la actitud del peruano, le contó varios días después al periodista Oscar Alarcón, del diario “Correo”, de Bogotá: “Cuando me vi con Mario, me pareció verlo sonreír y que trataba de abrazarme. A esto se debió que cuando me pegó estaba completamente indefenso y con los brazos abiertos, de lo contrario me hubiera protegido por lo menos la cara. Caí sin conocimiento. Además, Mario tenía un anillo con el que me rompió la nariz”.
Hasta ese momento los dos escritores, artífices ambos del sonado boom, habían sido los mejores amigos del mundo, hasta tal punto que Mario le había dedicado todo un estudio: García Márquez, historia de un deicidio.
Había sido una de las amistades literarias más populares del continente, de la misma talla, por ejemplo, que la de Borges con Bioy Casares. Vargas Llosa había quedado fascinado con Cien años de soledad y García Márquez sentía una admiración total por el peruano, y de ahí a la empatía mutua no hubo más que un paso. Los dos se habían conocido desde 1967, cuando coincidieron en Caracas en el aeropuerto de Maiquetía. Pero antes se había producido un intercambio epistolar desde el 11 de enero de 1966 al conseguir Gabo la dirección de Mario en París. Allí Gabo le plantea su interés por establecer contacto con él, y un tiempo después, cuando gana el Rómulo Gallegos por La Casa Verde, el colombiano le pone en un telegrama: “Veintiún cañonazos de champaña por el jurado más justo del mundo”.
Sin embargo aquel fatídico febrero bisiesto de 1976 terminó todo. Y aunque ninguno de los dos hizo públicas las razones de aquella pelea, lo cierto es que parece que hubo algo más que razones ideológicas para la misma. La primera, un lío de faldas según el cual García Márquez se habría propasado con Patricia, la esposa de su amigo (la tesis más endeble); la segunda que Vargas Llosa se molestó por las posiciones políticas de Gabo. Y la última, la más consistente, sustentada por el famoso periodista colombiano Juan Gossaín es que Vargas Llosa entró en cólera cuando supo que García Márquez y su mujer le habían aconsejado a su esposa Patricia separarse de él, debido a un romance que sostenía con una modelo.
El escritor Miguel Donoso Pareja, quien por ese entonces residía en México, no le da mayor importancia al tema, pero recuerda el incidente del puñetazo más que todo como un escándalo mediático. Sin embargo, afirma que nunca se llegó a conocer la causa real del hecho porque circularon demasiados rumores, entre ellos, que todo se resumía a un lío de faldas. En uno de sus talleres Donoso comentó a sus alumnos, en tono jocoso, que “si había sido por una mujer estaba bien dado el puñete”.
Pues bien, esa tan comentada ruptura le ha servido de pretexto (ojo: sólo de pretexto y de mucha altura literaria) a la pareja de investigadores Ángel Esteban y Ana Gallego para armar un libro que se ha convertido en éxito de ventas en ciudades como Lima y Barcelona. Se llama de Gabo a Mario, la estirpe del Boom. Y es que tomando como punto de partida una de las rupturas literarias más sonadas del medio los autores pasan revista a dos vidas paralelas engranadas dentro de un contexto crucial para América Latina. La gestación de Cien años de soledad, la fragua de los principales títulos de Vargas Llosa, las polémicas en la revista Marcha, la rivalidad entre publicaciones tan dispares como Casa de las Américas y Mundo Nuevo, la Revolución Cubana y el tristemente célebre caso Padilla, la llegada del boom latinoamericano a España..., infinidad de episodios que marcaron a fuego a toda una época.
Los autores confiesan: “Lo que vas a encontrar en este libro, ignorante lector, es una historia en la que los protagonistas tuvieron la suerte de saber lo necesario en el lugar correcto y el tiempo adecuado, y por ello hoy son lo que son: grandes figuras de la literatura mundial, culpables de que los años sesenta y setenta hayan sido el verdadero siglo de oro de la literatura hecha en América Latina, la más floreciente de todo el planeta”.
No es poco eso para un libro como éste, muy bien documentado, con entrevistas a protagonistas de primera mano y con una bibliografía completa. En favor de los autores hay que decir que algunas de las cartas reproducidas en el libro (muchas atesoradas por la Universidad de Princeton) fueron copiadas a mano pues no se permite allí la reproducción de los manuscritos.
De Gabo a Mario (Espasa, USD 23 dólares, 319 páginas, disponible en Míster Book desde el 23 de junio de 2009) se lee con el mismo placer de una novela, a pesar de que todo lo que se cuenta es rigurosamente histórico. Lo del puñetazo incluido.
David Sosa
dsosa@telegrafo.com.ec
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